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Nuestra posición sobre acusaciones hacia Diego Vargas
Resumen de los antecedentes.
Sabemos que, hace un número de años (que ni siquiera sabemos cuándo), los grupos ateos de Colombia, se encontraban cohesionados en un grupo. De sus actividades, entre otras, se derivaron dos acusaciones que iban en contra de uno de sus miembros, de nombre David Mariño.
La primera y de la que un servidor ha recopilado diferentes versiones del asunto, es una acusación de hostigamiento sexual en contra de Claudia Lizeth Montoya Conde, de Ateistas del Eje Cafetero, de Pereira, Colombia.
Este primer asunto, aparentemente, se encuentra zanjado, ya que no existió denuncia penal y, cuando menos en forma apalabrada, la agredida ya no tiene interés en mantener dicha acusación pues, en palabras de ella, “cree en el perdón” y su mejor expectativa es no ser molestada en lo sucesivo por el mismo individuo. Mi expectativa personal es no molestarla más allá de lo estrictamente necesario al respecto, a fin de no revictimizarla una y otra vez. Asumo que su mejor expectativa es vivir en paz y dejar este asunto en el pasado. Ella me corregirá.
La segunda acusación corresponde a un video que Mariño, aparentemente, expuso en redes sociales, teniendo relaciones sexuales consensuadas con la que entonces era una de sus parejas. Al parecer el video se distribuyó en aquel grupo de ateos de Colombia y, parece que varios de los miembros compartieron a su vez este mismo video. Dicha distribución, parece ser que se hizo en un primer momento con el consentimiento de la interfecta. A pregunta expresa a Claudia Lizeth Montoya, entendí que no se había levantado denuncia por este asunto (pregunta hecha en septiembre de 2022) y, ante la negativa, un servidor mencionó que, una situación equivalente en México se encuentra protegida por la Ley Olimpia y que, hubiese implicado incluso cárcel el asunto.
Indagando un poco más acerca del video, hay una versión que dice que dicho video era falso, y no correspondía a los interfectos, otra versión, de que fue circulado por muchos miembros de los grupos de Colombia y la versión de que Paola (no cuento todavía con su nombre completo), no quedó aparentemente ofendida por dicho video, sino hasta que terminó relaciones con David Mariño, y aparentemente esta es la versión de la segunda pareja (aparentemente tenían una relación poliamorosa) y existe la versión de que la verdadera víctima pudiera ser esta última, pero, no por parte de David Mariño, sino por el grupo adverso.
Este breve relato es un planteamiento escueto, obviamente faltan muchos detalles en este.
Nuestras resoluciones
Nuestro primer posicionamiento es, a reserva de qué el equipo de organización me corrija la plana:
Nos encontramos absolutamente a favor de la defensa de los derechos humanos y a la denuncia de cualquier violación o agresión, en contra de mujeres, discapacitados, adultos de la tercera, edad, personas de cualquier identidad de género y de hombres, mayoritariamente en este orden, y nos sumaremos a la búsqueda de una justicia pronta y expedita que busque resarcir los posibles daños a estas personas, siempre en el marco de la ley correspondiente, aunque también estamos en contra de las calumnias, mensajes de odio, rumores, denostaciones y cualquier acción que no se encuentre dispuesta a dejar por escrito ante cualquier institución sus denuncias. Máxime cuando se intenta exigirnos sumarnos a las supuestas sentencias.
Adicionalmente:
NO TENEMOS UNA VERSIÓN COMPLETA DE LOS ACONTECIMIENTOS NI UNA DENUNCIA PENAL QUE NOS PERMITA REALIZAR UN JUICIO COMPLETO.
Nuestra segunda posición es que :
ASUMIMOS COMO CIERTA, A PRIORI, LA VERSIÓN DE CLAUDIA LIZETH MONTOYA CONDE Y DAMOS EL BENEFICIO DE LA DUDA RESPECTO DEL ASUNTO DEL VIDEO A LA PERSONA AFECTADA (PAOLA), AUNQUE, TENEMOS NUESTRAS DUDAS RESPECTO DE QUÉ FUE LO QUE EN REALIDAD PASÓ.
Dado todo lo anterior, no hubo participación y no existió invitación de conferencia para David Mariño, en tanto no tengamos una investigación completa, juicio o sentencia que reconozcamos, aunque eso nos lleva nuestra tercera posición:
CONSIDERAMOS QUE TODO CIUDADANO TIENE DERECHO A DEFENDERSE LEGALMENTE DE LAS ACUSACIONES QUE SE LE IMPUTEN, A SER ENJUICIADO, SENTENCIADO Y, CON EL CUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA SE CONSIDERE RESARCIDO EL ASUNTO; SIN EMBARGO, ESTO NO COMPETE A LAS AUTORIDADES MEXICANAS, SINO A LAS COLOMBIANAS U OTRA QUE ACEPTEN LAS PARTES.
Existe de hecho una propuesta que se presentará a la Federación Atea Americana, siempre que el acusado acepte la autoridad de esta, para ser sometido a un juicio, por parte de la Comisión de Género que se estableció a propuesta de la ENAH, de forma que se establezca una investigación, un juicio y una sentencia que le permita al acusado defenderse, cumplir con una sentencia si es el caso y limpiar su nombre. Asimismo, en función de que se contacte a una de las personas afectadas, de nombre Paola, se le recibirá su declaración (Claudia Lizeth ya pertenece a la Federación y, salvo mejor opinión de ella, el asunto está zanjado).
Al calce de lo anterior, tampoco creemos que tengamos jurisdicción para aplicar una sentencia aquí en México (que no existe), hecha en Colombia.
De la acusación a Diego
Por otro lado, la acusación que se está haciendo en contra de nuestra organización, es que una de las personas que participó como observador en el grupo de origen, es Diego Alejandro Vargas Aguilar, persona que tiene una condición de autismo y, por lo mismo, le resulta muy difícil la construcción de relaciones sociales, hablar de corrido, o moverse rápidamente y que, sin embargo, ha sido una activista de la promoción de la libertad de no creer, del ateísmo, de la laicidad y del pensamiento crítico, en diferentes foros y redes sociales.
Diego Vargas, pese a que no vive en la misma ciudad de David Mariño, mantiene una relación de amistad con él.
Consideramos que, equivocadamente, se intenta acusar de igual forma, como agresor sexual a Diego Vargas, sólo por el hecho de mantener esta relación de amistad. Esta situación, nos parece fuera de todo contexto.
Lo que deriva nuestra tercera posición:
AÚN CUANDO EXISTIESE SENTENCIA EN CONTRA DE DAVID MARIÑO, NO CONSIDERAMOS QUE ESTA SEA EXTENSIBLE A TODAS LAS PERSONAS QUE CONOCE.
De la acusación de encubrimiento
Ante la acusación que se hace en contra de Diego Vagas, por encubrimiento, los organizadores del evento, nunca encontramos evidencia de que niegue los actos de David Mariño, de que los promueva, de que sea agresor sexual, que autorice o solape dichas agresiones.
Por tanto, no nos parece que sea culpable de encubrimiento.
Lo que sí podemos decir, es que, posiblemente (y no lo podemos afirmar, dado que no tenemos a ningún experto en diagnóstico del espectro autista que nos asesore y no lo vamos a someter a pruebas al respecto en la defensa de su dignidad), entendemos que Diego, quizá, no cuenta con mecanismos como la diplomacia y, a veces, es muy malo para expresar algunas ideas y emociones, es testarudo y es por ello que se le ha acusado de hacer burla a las acusaciones de Mariño, situación por la cual ofreció disculpas públicas por ello en una de las reuniones de la Federación Atea Americana.
Aún así, debido a que existen acusaciones de organizaciones, así como amenazas en contra de Diego Vargas, determinamos que no se presente al evento, y se realizó una invitación a él para no asistir a los trabajos, a fin de evitar agresiones o conatos de violencia. Adicionalmente, nuestra expectativa era la de evitarle a la institución que nos recibió escándalos, sobre todo debido a que tenemos muchos mensajes de odio y de agresión en contra de un servidor y de Diego Vargas.
Pese a la invitación que se le hizo a Diego de no acudir, éste se presentó de motu propio al evento, se entrevistó con el jurídico de la escuela y manifestó que, a menos que existiese una orden judicial que le impidiese entrar, él lo iba a hacer. Ni la escuela, ni nosotros los organizadores pasamos más allá de una invitación a que no acudiese y, supongo, que se respetó otra obligación que tiene la institución pública de restringir el acceso.
En lo personal, me resulta reprobable que se haya intentado forzar a la institución a emprender acciones en contra de una persona con discapacidad. Obviamente, no lo hicieron y de mi parte, no tengo nada que recriminar a la institución. Todo lo contrario, me encuentro muy agradecido por la profesionalidad de sus integrantes y la apertura al diálogo.
De los convenios con la ENAH
Como parte de los convenios para contribuir a que la escuela contase con la posibilidad de dar una respuesta adecuada a quienes hicieron la acusación (quienes estaban en todo su derecho de hacerlo, pero que se saltaron en primera instancia la búsqueda de un diálogo con los organizadores, y además, lo hicieron en el último momento, teniendo más de un año para poder hacer el planteamiento, lo que nos hace suponer que existe dolo por parte de quienes acusan y no necesariamente la búsqueda de defensa de una posible víctima), con todo el gusto del mundo, de mi parte, aceptamos la participación en cursos de género. La participación en este tipo de cursos no puede sino enriquecer nuestra sensibilidad en favor de la perspectiva de género. No estamos obligados a estos, sin embargo, nos parece una sugerencia absolutamente pertinente.
Actualizaré más información en próximos artículos, pero es importante que dejemos este antecedente y nuestras posiciones.
De momento, es cuanto.
Ernesto Elizalde Castillo